Christopher Tang
Sabemos que tenemos que colocar los objetos reciclables en el contenedor de reciclaje para que puedan reciclarse en materiales nuevos. ¿Pero sabemos si estos objetos se reciclarán realmente? Para saber la verdad, un grupo de periodistas de The Guardian (un periódico líder del Reino Unido) hizo un seguimiento de las operaciones de la cadena de suministros de residuos plásticos de Estados Unidos y presentó un informe escalofriante en https://www.theguardian.com/us-news/2019/jun/17/recycled-plastic-america-global-crisis.
Según The Guardian, Estados Unidos genera 34.5 millones de toneladas de residuos plásticos al año. Debido a las regulaciones estrictas y los elevados costos del reciclaje, EE. UU. exporta aproximadamente 1.6 millones de toneladas de residuos plásticos a China y Hong Kong para recuperar plásticos de valor que vuelven a venderse al mundo occidental. Sin embargo, gran parte de los residuos plásticos no eran reciclables por estar contaminados con comida o suciedad; por lo tanto, esos residuos terminaban en los vertederos de China. Desde que China prohibió la importación de residuos plásticos (excepto los plásticos más limpios) a fines de 2017, Estados Unidos ha estado enviando sus residuos plásticos a otros países, entre ellos: Malasia, Tailandia, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Camboya, Turquía, etc.
Fuente: The Guardian
Como en estos países la regulación no es muy estricta y el cumplimiento de la ley puede ser inconsistente, la industria de gestión de residuos podría no cumplir con las regulaciones de seguridad y salud ambientales. En consecuencia, como muestra el informe de The Guardian, los trabajadores pobres producen pallets reciclados en masa, en medio de gases tóxicos y hedores fétidos. La exposición prolongada a estos gases tóxicos puede causarles problemas de salud a largo plazo a estos trabajadores.
Fuente: The Guardian
El impacto de los residuos plásticos de Estados Unidos es grave, y el proceso actual de reciclaje de plástico es perjudicial. El gobierno de EE. UU., los líderes de empresas y los consumidores deben trabajar juntos para desarrollar una mejor solución. ¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, el gobierno de EE. UU. debería establecer nuevas políticas encaminadas a reducir o eliminar el uso del plástico. El gobierno puede gravar impuestos más elevados al plástico virgen, y crear así incentivos para que los fabricantes usen materiales de embalaje alternativos. Además, los supermercados deberían prohibir las bolsas de plástico o aumentarles el precio. Los restaurantes deberían prohibir los pitillos plásticos para beber y reducir el uso de utensilios de dicho material. California lanzó varias iniciativas. En 2019, Berkeley exigió que todos los vasos, pitillos, cajas y cubiertos para llevar fueran de material «compostable», y en 2020 cobrará por esos artículos. En agosto de 2019, el aeropuerto internacional de San Francisco (San Francisco International Airport) prohibió las botellas desechables de plástico para agua. Al mismo tiempo, el gobernador de California firmó un proyecto de ley que permite a los clientes llevar a los restaurantes sus propios «recipientes para llevar», como una forma de reducir la demanda de recipientes de comida.
En segundo lugar, para garantizar que nuestros residuos plásticos sean reciclables, el gobierno necesita desarrollar programas educativos para enseñar a los consumidores sobre el procedimiento a seguir con las botellas y recipientes plásticos vacíos antes de tirarlos al contenedor de reciclaje. Y lo que es más importante, el gobierno debe informar a los consumidores sobre cómo los residuos plásticos han entrado en nuestra cadena de alimentos (especialmente los pescados y mariscos), y que todos somos responsables de reducir, reutilizar y reciclar los materiales de plástico. Al hacerlo, la ignorancia ya no podrá usarse como excusa.
Al fin y al cabo, el problema del plástico es un problema causado por el hombre. Nosotros somos el problema y somos la solución.
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