Kevin Popper, Julia Navarro, Amelia Lanfrankie y Felipe Caro
La demanda de vehículos eléctricos ha aumentado dramáticamente, a la par de la preocupación de los consumidores en cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero. En línea con esto, también ha aumentado la demanda de baterías de litio (Li-ion), y se espera que esta demanda siga creciendo: se cree que el índice de crecimiento compuesto anual del mercado de baterías de litio es del 14%, y que para 2025 el sector de transporte dará cuenta del 60% de ese mercado.[1] Se espera que la demanda de materias primas como cobalto y cobre para la fabricación de baterías de litio para vehículos eléctricos aumente 10 veces para 2026.[2]
Fuente de la imagen: “Electric Vehicle Outlook 2018 | Bloomberg New Energy Finance.” Bloomberg NEF, 2018, about.bnef.com/electric-vehicle-outlook/#toc-download
La demanda en aumento de estas materias primas se está convirtiendo en un problema costoso, ya que algunos materiales son relativamente escasos. El cobalto, un componente fundamental en las baterías de litio, triplicó sus precios desde 2016.[3] La búsqueda de más materia prima llevó a los proveedores a obtenerlos de manera irresponsable, en mercados emergentes inestables. Por ejemplo, el 60% del cobalto proviene de la República Democrática del Congo, que explota como mano de obra a decenas de miles de niños de tan solo cuatro años de edad en sus minas.[4]
Estos costos explícitos para la sociedad se pueden mitigar a través de prácticas de reciclaje responsable de las baterías de litio. Los índices de reciclado actuales en los Estados Unidos son notablemente bajos: se recicla solo el 5% de las baterías y solo se puede recuperar el 35% de los materiales de estas baterías para volver a utilizar.[5] Las dos prácticas actuales más comunes de reciclaje, la pirometalurgia y la hidrometalurgia, son relativamente ineficientes y contribuyen al bajo nivel de recuperación de los materiales. El reciclado mediante pirometalurgia implica la incineración de baterías total o parcialmente procesadas y solo se recuperan algunos metales como cobalto, níquel, cobre y hierro para su reutilización.[6] El reciclado mediante hidrometalurgia permite además recuperar litio, manganeso y aluminio, pero tienen un valor más bajo.[7] El proceso además produce una cantidad importante de agua de desecho.
Proceso de pirometalurgia e hidrometalurgia Umicore Val’Eas
Fuente de la imagen: ResearchGate. Umicore Battery Recycling Process, www.researchgate.net/figure/Simplified-flow-sheet-of-the-Umicore-Battery-Recycling-Process-With-permission-of_fig5_283523469
Una solución propuesta es invertir en un proceso llamado separación física directa. La separación física directa es diferente, porque permite recuperar directamente y en su estado original dentro de la batería los óxidos de metal en los cátodos y los materiales de grafito procesado en los ánodos. Esto propicia la posibilidad de reutilización directa con un procesamiento adicional mínimo. Actualmente está en fase de laboratorio/demostración, pero tiene el potencial de ofrecer posibilidades económicas atractivas en escala, ya que el proceso tiene costos variables bajos. Requiere cantidades limitadas de combustible y otros materiales de procesamiento (como ácidos de deslave). Sin embargo, la separación física directa exige que todas las baterías sean del mismo tipo.
Proceso de reciclaje mediante separación física directa
Fuente de la imagen: ResearchGate. Toxco Recycling Process, www.researchgate.net/figure/Toxco-recycling-process_fig2_265158823
Para posibilitar la separación física directa, habría que implementarse varios cambios de infraestructura de reciclado. Uno importante consistiría en rotular las baterías con el detalle de sus componentes, para facilitar la clasificación por tipo de batería.[8] En la actualidad, prácticamente no es posible distinguir las baterías de litio y la mezcla de sus diferentes componentes puede inutilizar los materiales. Por consiguiente, este rotulado debería ir acompañado de prácticas de clasificación para dirigir los diferentes tipos de baterías al proceso de separación física que corresponda. Estos cambios permitirían reciclar para usar en baterías nuevas los materiales que no se hubieran podido recuperar mediante procesos de pirometalurgia e hidrometalurgia (como el aluminio).
Obtuvimos datos de diversas fuentes para estimar el valor que podría generarse mediante la separación física directa (ver abajo). Nuestra estimación comparó el valor de los materiales que podrían recuperarse a través del proceso de reciclado dominante, el proceso pirometalúrgico Umicore Val’Eas, con respecto al proceso de reciclado físico directo. No elaboramos un modelo de costos para estos procesos competitivos, debido a la gran cantidad de información incierta. En este sentido, nuestra estimación de ahorros en costos se centra exclusivamente en las diferencias en los valores de los materiales recuperados para el período 2026-2040. Estimamos que el ahorro acumulativo en costos a partir del uso de reciclado físico directo (que sería posible si se implementara un sistema de rotulado de baterías) sería de $212 mil millones de 2026 a 2040, con $43 mil millones de ahorros solo en 2040. Por consiguiente, hay un enorme valor que se puede extraer de la cadena de suministro de baterías.
Datos y suposiciones utilizados para el cálculo del ahorro:
- Consumo/disponibilidad de baterías: estimaciones basadas en el consumo global de baterías proyectado por BNEF hasta 2030.
- Vida útil de la batería: se asume que es de 8 años de funcionamiento antes de ingresar al sistema de reciclaje
- Estimaciones de composición de materiales: estimaciones basadas en la participación de mercado de 2025 de la composición química de cada batería, según pronósticos de McKinsey
- Índices de recuperación de materiales: estimaciones basadas en investigaciones de Linda Gaines y del modelo ReCell disponible al público, ambos de Argonne National Labs
- Valor material: estimaciones basadas en los modelos de ReCell de 2018 y los precios según LME
[1] “Lithium-ion batteries: Market development and the impact on raw materials,” Roskill, 2017, https://roskill.com/news/lithium-ion-batteries-market-development-impact-raw-materials/
[2] “Electric Vehicle Outlook 2018 | Bloomberg New Energy Finance.” Bloomberg NEF, 2018, about.bnef.com/electric-vehicle-outlook/#toc-download
[3] “LME COBALT, Historical Prices Graph,” The London Metal Exchange, Jan. 26, 2018, https://tinyurl.com/yco5v627
[4] “The Toll of the Cobalt Mining Industry on Health and the Environment.” CBS News, CBS Interactive, 6 de marzo de 2018, www.cbsnews.com/news/the-toll-of-the-cobalt-mining-industry-congo/
[5] “IN DEPTH: Lithium Battery Recycling - The Clean Energy Clean Up.” « Landfill « Waste Management World, 27 de abril de 2018, waste-management-world.com/a/in-depth-lithium-battery-recycling-the-clean-energy-clean-up
[6] “Lithium Ion Battery Recycling: Using Lifecycle Analysis to Avoid Roadblocks,” Argonne National Laboratory. naatbatt.org/wp-content/uploads/2016/12/Gaines_Quantifying-the-Contribution-of-Advanced-Battery-Recycling.pdf
[7] “Lithium Ion Battery Recycling: Using Lifecycle Analysis to Avoid Roadblocks,” Argonne National Laboratory. naatbatt.org/wp-content/uploads/2016/12/Gaines_Quantifying-the-Contribution-of-Advanced-Battery-Recycling.pdf
[8] “The future of automotive lithium-ion battery recycling: Charting a sustainable course,” Sustainable Materials and Technologies. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2214993714000037
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