Chloe Kim, Catherine Gao, Amba Gujral, Willa Ni, Ashley Wright, Felipe Caro.
La sangre y productos hemoderivados (como plasma y plaquetas) tienen una cadena de suministro peculiar y compleja por tres razones principales. Primero, el suministro de sangre depende por completo de donantes humanos. La sangre no puede manufacturarse. Segundo, la sangre es un producto perecedero. En particular, las plaquetas tienen que usarse dentro de los 5 días siguientes a la donación; los glóbulos rojos pueden almacenarse tan sólo por 42 días [1]. Por último, las discrepancias entre suministro y demanda pueden convertirse en asunto de vida o muerte, ya que la sangre es un recurso decisivo para una amplia gama de servicios y procedimientos médicos, como cirugías, atención a traumatismos e intervenciones terapéuticas.
La cadena de suministro de sangre debe operar idealmente como una red plenamente efectiva que pueda reaccionar ante demandas variables con breve plazo de entrega. Sin embargo, la cadena de suministro de sangre en los EE. UU. está hoy más bien fragmentada con diversos actores. Los actores principales involucrados son: donantes, bancos de sangre como la Cruz Roja Americana (CRA), hospitales y pacientes. La Figura 1 muestra un diagrama simplificado de la función de cada actor y el proceso correspondiente.
Figura 1. La cadena de suministro de sangre en EE. UU.
Los grandes bancos de sangre como la CRA tienen centros de distribución donde pueden agrupar suministros antes de enviarlos a los hospitales. Bancos de sangre más pequeños, como el Centro de Plaquetas y Sangre (CPS) de la Universidad de California en Los Ángeles operan un sistema de carácter más local. El CPS de UCLA es uno de los principales bancos de sangre en el área metropolitana de Los Ángeles, pero aun así tiene problemas para satisfacer la demanda diaria. Los hospitales de UCLA comparten un pronóstico semanal con el CPS que suele satisfacer el 75% de la demanda diaria con su propio inventario y tiene que cubrir el 25% restante con suministros de la CRA. Las dos entidades (CRA y CPS UCLA) no cuentan con un sistema informático integrado y la comunicación tiene lugar a través de correos electrónicos y llamadas por teléfono. El CPS de UCLA ha establecido también una colaboración con la Universidad de California en Irvine para compartir los excesos en suministro o demanda.
En contraste con los EE. UU., la cadena de suministro de sangre en el Reino Unido ha transitado a un modelo centralizado en función de la demanda (i.e., un sistema "pull"). El sistema pull parte con la información digital que se transmite en tiempo real desde los hospitales y pasa enseguida a la distribución, la recolección y finalmente el suministro, tal como se muestra en la Figura 2. El National Health Services (NHS), la organización de salud pública del Reino Unido, denomina este modelo integral como “de vena a vena” [2]. La implementación descansa en un sistema de reabastecimiento gestionado por el proveedor, que revisa los niveles de inventario cada 30 minutos en más de 70 hospitales participantes. El sistema permite al servicio de trasplantes y sangre del NHS identificar los niveles óptimos de inventario y automáticamente genera órdenes de reabastecimiento. Tal optimización del inventario y el reabastecimiento ha mejorado la utilización de refrigeradores y congeladores, al mismo tiempo que reduce el nivel de envíos requerido para restablecer el inventario disponible en toda la red. La transición a la nueva cadena de suministro ha traído ahorros por encima de £50m (63.6 millones de dólares) al año [3].
Figura 2. El sistema vena a vena en el Reino Unido
La cadena de suministro de sangre en los EE. UU. puede aprender varias lecciones de su contraparte en el Reino Unido. Del lado de la demanda, agrupar inventarios debe ser el primer paso para reducir los costos del reclutamiento de donantes y de mantenimiento del inventario, así como la obsolescencia. Por ejemplo, los hospitales cercanos al área metropolitana de Los Ángeles podrían integrar sus cadenas de suministros de sangre para beneficiarse de la agregación de demanda. De acuerdo con el ejemplo del Reino Unido, reducir el número de hospitales que mantienen inventarios puede disminuir en 20% los costos de entrega y en 30% la obsolescencia. Del lado del suministro, una cadena centralizada crearía oportunidades para mejorar el pronóstico y así permitir la consolidación de los registros de donantes y el control de la calidad. Finalmente, la cadena de suministro podría complementarse con una aplicación móvil unificada para incrementar la adquisición y retención de donantes, así como para incentivar dinámicamente a los inscritos en base a los grupos sanguíneos que se necesiten. ¡Dona ahora mismo!
[1] https://www.redcrossblood.org/donate-blood/how-to-donate/how-blood-donations-help/blood-needs-blood-supply.html#
[2] http://www.toolsgroup.com/wp-content/uploads/2017/01/CILT-Article-201611-NHSBT-Blood-Supply-Chain.pdf
[3] https://nhsbtdbe.blob.core.windows.net/umbraco-assets-corp/1652/blood-2020.pdf
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