Una cantidad cada vez mayor de las empresas más grandes del mundo responden el minucioso cuestionario anual gestionado por CDP, anteriormente conocido como Carbon Disclosure Project, en el que se proporciona información sobre los riesgos y las oportunidades relacionadas con el cambio climático. Si bien la mayor parte del cuestionario se centra en lo que sucede dentro de la empresa, algunas de las preguntas apuntan a la cadena de suministro de la empresa. Para diferenciar las emisiones “propias” y las que provienen de otros puntos de la cadena de suministro, el Protocolo de Gases Efecto Invernadero (Greenhouse Gas o GHG) distingue tres tipos de emisiones. Las emisiones de Alcance 1 ocurren en las propias instalaciones de la empresa, las emisiones de Alcance 2 son el resultado directo de la electricidad adquirida por la empresa y las emisiones de Alcance 3 son las de los productos y servicios que la empresa adquiere. A veces, el Alcance 3 también incluye emisiones relacionadas con la cadena de suministro río abajo o downstream (de la empresa al consumidor final) pero aquí nos centraremos solamente en las emisiones relacionadas con la cadena de suministro río arriba o upstream (de los proveedores a la empresa).
Las empresas no tienen la obligación de responder el cuestionario de CDP, pero muchas lo hacen con distintos niveles de detalle. En 2013, 334 empresas del índice S&P 500 respondieron públicamente. En total, 397 empresas de Estados Unidos respondieron la encuesta en 2013 y reportaron aproximadamente 1,5 mil millones de toneladas de CO2 equivalente (CO2-e) en sus emisiones de Alcance 1 y 2. (Existen varios tipos de gases efecto invernadero, emisiones que normalmente se agrupan en una métrica única expresada en términos de la cantidad equivalente de emisiones de dióxido de carbono (CO2).) Sin embargo, se sabe que, para la mayoría de las empresas, la mayor parte de sus emisiones proviene de la cadena de suministro río arriba. Probablemente Walmart tenga emisiones significativas debido a sus tiendas minoristas, centros de distribución y operaciones de logística, pero las emisiones de los tramos anteriores en su cadena de suministro superan ampliamente las emisiones propias de Walmart. Lo mismo ocurre en muchas otras empresas: las emisiones propias de los componentes o servicios que adquieren sobrepasan enormemente las propias.
Los cálculos en la bibliografía (ver Matthews et al. 2008) sugieren que, en promedio a nivel de industria, el Alcance 3 representa el 74% de la huella de carbono. ¿Cómo se compara este número con lo que las empresas están reportando?
El cuestionario de CDP solicita a las empresas que comuniquen sus emisiones de Alcance 1, 2 y 3. Se espera que los informes de los Alcances 1 y 2 sean razonablemente precisos, pero se sabe que cuando las empresas dan a conocer las emisiones del Alcance 3, es probable que la medición esté incompleta. Generalmente, las empresas escogen una o dos categorías, como “viajes de negocios” y solo informan las emisiones de dicha categoría.
De las 397 empresas de EE. UU. que respondieron públicamente el cuestionario de CDP en 2013, 265 informaron al menos algún tipo de emisiones de Alcance 3. Dichas empresas declararon aproximadamente 700 millones de toneladas de CO2-e en los Alcances 1 y 2, y 600 millones de toneladas de CO2-e en el Alcance 3. ¿Cómo debemos interpretar la cifra del Alcance 3, dado que se sabe abiertamente que es un dato incompleto?
Asumamos que el cálculo en Matthews et al. (2008) es correcto y que en promedio las emisiones de Alcance 3 son el 74% del total. Esto significa que las emisiones de Alcance 3 deben superar las del Alcance 1 y 2 por un factor 0,74 / (1-0,74) = 2,85. En otras palabras, si una empresa informa 10 millones de toneladas de emisiones de CO2-e en el Alcance 1 y 2 en 2013, se espera que las emisiones del Alcance 3 de dicha empresa sean 2,85 x 10 millones = 28,5 millones de toneladas de CO2-e. Si observamos las empresas que sí comunicaron sus emisiones de Alcance 3, vemos que, en promedio, sus emisiones de Alcance 3 solo alcanzan el 39% del total informado en 2013. O sea, la empresa que informó 10 millones de toneladas de CO2-e en los Alcances 1 y 2, anunció en promedio 0,39 / (1-0,39) x 10 millones = 6,4 millones de toneladas de CO2-e en el Alcance 3. Según el desglose calculado en Matthews et al. (2008), esperaríamos ver 28,5 millones de toneladas, entonces la empresa típica solo informa 6,4 / 28,5 = 22% de sus emisiones reales del Alcance 3.
A esta altura, debemos enfatizar que no existe ningún tipo de transgresión ya que no hay ninguna expectativa o aseveración de que los informes del Alcance 3 sean completos. De hecho, las 265 empresas que informaron algún tipo de emisiones de Alcance 3 deben ser reconocidas por su voluntad de reportar las emisiones aunque los informes no estén completos. Existen varias razones que pueden explicar esto último. Primero, y con mayor obviedad, es muy probable que las empresas no informen la totalidad de sus emisiones de Alcance 3. Muchas empresas explicitan esto, indicando qué categorías de emisiones incluyen y cuáles no. Segundo, es poco probable que incluso las empresas que comunican sus emisiones de Alcance 3 tengan en cuenta muchos niveles río arriba en la cadena de suministro, algo que sí es tomado en cuenta en el cálculo de Matthews et al. (2008). Tercero, existen muchos otros problemas de cuantificación que probablemente contribuyan a que los informes sean mucho más incompletos de lo que suponemos.
En definitiva, no es posible tomar el informe de emisiones de Alcance 3 de una empresa en particular y “completar” los datos de las emisiones faltantes. Según nuestra apreciación, parece que hasta las empresas más avanzadas no incluyen (al menos públicamente) una gran parte de sus emisiones de GHG de sus cadenas de suministro; y por lo tanto, ignoran importantes oportunidades para reducir su huella de carbono.
CDP considera que, a pesar de los esfuerzos de las empresas por responder las encuestas anuales, las emisiones de Alcance 3 “[...] no reciben atención suficiente en la mayoría de las compañías”[2]. Nuestro análisis es consistente con aquella observación. Teniendo en cuenta que las emisiones de carbono posiblemente sean uno de los aspectos más cuantificables de las cadenas de suministro sustentables, mucho más que por ejemplo el agua o el impacto social, nuestro análisis sugiere que incluso con todas las buenas intenciones y las iniciativas ya vigentes, muchas empresas tienen un largo camino por delante antes de poder afirmar que tienen conocimiento del nivel de sustentabilidad de su cadena de suministro. Ni hablar de poder afirmar que su cadena de suministro es verdaderamente sustentable.
[1] Esta publicación se basa en un artículo reciente de Christian Blanco, Felipe Caro y Charles J. Corbett: “The state of supply chain carbon footprinting: analysis of CDP disclosures by US firms”, Journal of Cleaner Production 135 (2016), pág. 1189-1197. Nuestro análisis parte de ciertas suposiciones y tiene varias limitaciones que se plantean con más detalles en el artículo.
[2] CDP 2015, “Committing to climate action in the supply chain”, pág. 2; disponible en https://www.cdp.net/en/reports/archive, visitado por última vez el 10 de noviembre de 2016.
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