Por Felipe Caro y Charles Corbett
Cada año el CDP (anteriormente conocido como el Carbon Disclosure Project) invita a empresas de todo el mundo a responder a un extenso cuestionario sobre los riesgos y las oportunidades relacionados con el cambio climático, tanto en su propia empresa como en sus cadenas de suministro. El CDP lleva a cabo esta iniciativa en nombre de 722 inversores institucionales que representan $87 billones USA de activos.[1] Responder al cuestionario es voluntario, pero con el paso de los años cada vez responden más empresas, alcanzando un 81% de la lista Global 500 en 2013. Un proyecto reciente de un equipo de estudiantes de MBA[2] en la UCLA Anderson School of Management mostró algunas percepciones inesperadas sobre los beneficios de utilizar el proceso del CDP.
El equipo utilizó datos recopilados por el CDP [3]para respaldar entrevistas telefónicas a fondo con 38 compañías de 7 países (Alemania, Australia, Brasil, Corea del Sur, Estados Unidos, India y Reino Unido), centrándose principalmente en empresas en los sectores de “materiales” y “productos industriales”, con algunas empresas adicionales en el sector “financiero” y de “tecnología de la información” en EE.UU. Las preguntas estructuradas se centraron en las razones y los beneficios que las compañías veían en la divulgación.
La investigación muestra que la importancia estratégica del cambio climático es reconocida en la organización y que el CEO usa información relacionada con el CDP en el 42% de las empresas entrevistadas. En línea con los orígenes del CDP, el personal de relaciones con los inversores en el 61% de las empresas que respondieron usa esta información del CDP.
Se considera que los beneficios principales de la divulgación son la gestión de los riesgos planteados por el cambio climático y la identificación de posibles oportunidades. La promoción de la marca y la reputación corporativa ocuparon un lugar destacado, indicando una creciente inquietud de los clientes por estos asuntos. Y, como es de esperar, la información es ampliamente utilizada en las comunicaciones con los inversores. Muchas empresas también informan sobre su estrategia para el cambio climático y sus emisiones a otras organizaciones o por medio de su informe anual de sostenibilidad. Sin embargo, el 31% de las compañías específicamente indicó que los beneficios que experimentaron podrían atribuirse directamente al proceso del CDP, y otro 34% atribuyó los beneficios parcialmente al proceso del CDP.
Uno suele escuchar que las actividades de reducción de las emisiones suelen ser rentables en un principio, mientras las empresas recogen “los frutos más a mano”, pero que después de unos pocos años quedarán cada vez menos oportunidades atractivas. Las compañías de nuestro estudio reportaron lo opuesto. Se les preguntó si las oportunidades para actividades de reducción de emisiones eran mayores o menores que cuando empezaron a divulgar al CDP. 50% dijo que había más oportunidades de reducción hoy (incluyendo un 14% que dijeron que había “muchas más” oportunidades) y otro 31% dijo que las oportunidades eran más o menos las mismas. Esto sugiere que o bien hay suficientes “frutos más a mano” que duran por bastante tiempo, o que estos frutos vuelven a crecer bastante rápido.
Dos de los principales impulsores para lograr actividades exitosas de reducción de las emisiones son el apoyo de la gerencia y una sólida justificación corporativa. Quienes responden al cuestionario del CDP se centran en proyectos con un claro Valor Presente Neto (VPN). Esto ha resultado en que algunos proyectos de reducción, aun con un VPN positivo, no se hayan implementado. Esperaríamos que estos proyectos avancen en la lista de prioridades a su debido tiempo. Con la involucración de la alta gerencia y el fuerte enfoque en el análisis financiero, podemos esperar que las compañías se beneficien de más oportunidades de reducción de emisiones en el futuro.
A partir de las respuestas también queda claro que lograr reducciones de las emisiones suele ser un esfuerzo conjunto que requiere la colaboración de los clientes o los proveedores. Preguntamos a las compañías si la implementación de las iniciativas para reducir las emisiones que habían identificado requirió la colaboración de otras partes, el 56% dijo que estaban de acuerdo con esa afirmación (el 24% incluso estuvo muy de acuerdo), mientras que solo un 24% estuvo en desacuerdo. Esto indica que una colaboración más estrecha en la cadena de suministro será importante para lograr más reducciones de las emisiones en las cadenas de suministro globales. El hecho de que las empresas comenten entre sí sus respuestas al CDP es una señal de que dicha comunicación forzada por el cambio climático está ocurriendo. Preguntamos a las empresas con qué partes externas comentaron su respuesta al CDP, o con sus proveedores. El 53% dijo que la habían comentado con sus clientes y el 32% dijo que la habían comentado con sus proveedores. Por ejemplo, de las 7 empresas de tecnología de la información que entrevistamos, 6 la habían comentado con sus proveedores y 5 con sus clientes.
El camino hacia cadenas de suministro sostenibles todavía será uno largo, pero estas respuestas confirman que las empresas cada vez están adoptando una perspectiva que abarca toda la cadena de suministro en sus emisiones por el cambio climático y en su estrategia.
[1] CDP: Informe sobre el cambio climático y la lista Global 500 en 2013.
[2] El equipo estuvo compuesto por Kyriakos Bechrakis, Carme Casasayas, Anna Dickstein, Inês Figueiredo y Charalampos Makrynikolas, todos los cuales obtuvieron su MBA en junio de 2013.
[3] Para obtener más información sobre el uso de datos del CDP en la investigación académica por favor visite www.cdp.net/academics o comuníquese directamente con el CDP en [email protected].
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