Christopher S. Tang
Fuente: “All Dried Up”, Economist, 12 de octubre de 2013.
Cuando la oferta está seriamente limitada a medida que se agotan los embalses de California en medio de la sequía del 2014, la reducción del consumo de agua es una medida importante. En lugar de exigir el racionamiento obligatorio del agua, el gobernador Jerry Brown está pidiendo recortes voluntarios.
Al otro lado del Océano Pacífico, el gobierno chino elaboró un plan diferente para aumentar el abasto de agua en el norte. Después de concluir el proyecto de la “Presa de las Tres Gargantas” en el 2008, China acometió uno de los proyectos más costosos del mundo, el llamado Proyecto de Desviación de Agua Sur-Norte (南水北调工程). El objetivo de este proyecto es conectar el río Yangtsé (en el sur) con el río Amarillo (en el norte) a través de túneles y canales. De esta forma, el desértico norte puede dar paso al agua proveniente del húmedo sur. Por otro lado, como el río Yangtsé está fuertemente contaminado, el agua bombeada al norte necesitaba un tratamiento especial. Aun si este proyecto funcionara, solo puede aumentar el abasto de agua en un 7%.
En parte debido al rápido crecimiento económico, el índice de consumo de agua en China es insostenible. En vez de gastar un montón de dinero en aumentar el abasto de agua en el norte, me pregunto si no sería más útil que el gobierno chino desarrollara formas de reducir el consumo de agua. Específicamente, en lugar de que el gobierno cargara con el costo del subsidio, [1]¿no debería este mismo gobierno cobrar una tarifa más alta a los usuarios industriales? Hacerlo crearía un incentivo más fuerte para que estas compañías redujeran el consumo de agua y aumentaran su reciclado. Quizá esto sea algo que el gobernador Brown debiera considerar también en California.
[1] Los consumidores residenciales en Beijing pagaron 4 yuanes (0,66 USD) por metro cúbico de agua en el 2011, cifra muy inferior a la de otros países en vías de desarrollo como México.
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