Por Christopher Tang
A finales de noviembre de 2012, miles de trabajadores de fábricas de confección de ropa bloquearon las calles de Dacca (Bangladesh) para protestar contra las peligrosas condiciones laborales . Esta protesta tuvo lugar luego de que más de 120 trabajadores murieran a causa de un incendio en una fábrica de ocho pisos de la compañía Tazreen Fashion Ltd., proveedor por contrato que confecciona ropa para Walmart, C&A (una cadena de tiendas minoristas de propiedad suiza) y otros. Este incidente puede impactar a los estadounidenses, porque desde hace más de un siglo ningún trabajador textil en EE. UU. ha muerto por falta de seguridad elemental contra incendios. Lamentablemente, las condiciones laborales peligrosas son comunes en Bangladesh; desde el 2005, más de 700 trabajadores de la confección textil han muerto en edificios con condiciones peligrosas, desde no contar con alarmas contra incendio (o aspersores contra incendios) hasta no tener salidas de emergencia (ni siquiera por incendio), pasando por otros con sobrecargas en el cableado eléctrico de equipos de costura, hasta fábricas con salidas cerradas con llave.
Como medida reactiva, muchas marcas internacionales (Tommy Hilfiger, Calvin Klein, Gap, J.C. Penney, Target, el agente de abastecimiento Li & Fung y otras), que confeccionaban sus ropas en estas fábricas afectadas, han contribuido a un fondo para los familiares de las víctimas por un monto de 100,000 takas (US$1,200 por víctima). Al mismo tiempo, el Foro Internacional de Derechos Laborales (ILRF, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, ha instado al gobierno de Bangladesh a que imponga y haga cumplir normas de seguridad contra incendio en las fábricas. Entretanto, surgen acusaciones por doquier. De acuerdo con el blog Huffington Post, el dueño de la fábrica Tazreen declaró desconocimiento diciendo : "No fue mi culpa. Nadie me dijo que no había salida de emergencia, ni nadie me sugirió que abriera una." Al mismo tiempo, el Ministro del Trabajo de Bangladesh dijo que las fábricas sin salidas de emergencia o con una sola salida serían obligadas a cerrar hasta que mejoraran sus infraestructuras de seguridad. (Sin embargo, no está claro cuándo y cómo se pondrá en vigor esta orden .)
Para seguir adelante con el caso, creo que muchas marcas internacionales encaran un dilema. Si dejan de confeccionar en Bangladesh, millones de trabajadores textiles pobres, que ganan menos de US$2 diarios, quedarían sin trabajo. Esto se debe a que la industria de confecciones es la más grande de Bangladesh y provee el 80% de las exportaciones del país. Por tanto, estas marcas internacionales tienen obligaciones morales implícitas de respaldar a esos trabajadores. Si continúan las confecciones en Bangladesh, tienen que hacer algo de manera proactiva. En vez de esperar a que el gobierno realmente actúe, estas compañías pueden comenzar a trabajar con varios grupos internacionales de derechos laborales para elaborar normas de seguridad, colaborando también con agencias independientes para inspeccionar y realizar auditorias en las fábricas sobre el cumplimiento de tales normas, así como trabajar conjuntamente con diversas organizaciones no gubernamentales para brindar talleres de capacitación sobre seguridad en el centro de trabajo y llevar a cabo simulacros de incendio. A tiempo que disfrutamos el uso de ropa barata y cómoda hecha en Bangladesh, esperamos que estas marcas internacionales hagan lo debido para que los trabajadores de Bangladesh salgan de nuevo a las calles, pero esta vez... ¡a celebrar!
Comments
You can follow this conversation by subscribing to the comment feed for this post.