Por Felipe Caro
Si usted sigue de cerca las noticias recientes sobre cadenas de abastecimientos, lo cual es altamente probable si se encuentra leyendo este blog, entonces una de las palabras que más ha escuchado últimamente es "reshoring" o el movimiento que intenta traer de vuelta las actividades que fueron subcontratadas a países con mano de obra más barata. El año pasado hubo una avalancha de artículos y conferencias sobre las ventajas que supondría traer de vuelta la manufactura a los países desarrollados. El tema ha sido particularmente sensible en los Estados Unidos. De hecho, el año pasado hubo un revuelo nacional cuando se supo que los uniformes de la delegación norteamericana en los Juegos Olímpicos habían sido hechos en el extranjero. Más aún, el presidente Obama ha aplaudido públicamente a las compañías que han traído de vuelta puestos de trabajo en manufactura, y campañas como Make it in America (Hágalo en los EE.UU.) han apoyado de manera entusiasta cualquier esfuerzo que favorezca el retorno . Uno de los más recientes conversos es Walmart. El gigante minorista anunció a principios de este año que planifica adquirir $50 billones en mercancía de proveedores nacionales en la próxima década.
En medio de la controversia sobre el vestuario del equipo olímpico de EE.UU., la estación local de NBC me consultó si tenía sentido hacer "reshoring" en el caso de la manufactura textil. Parte de lo que dije se incluyó en el reportaje noticioso (ver el enlace más abajo), pero aquí quisiera desarrollar más la idea.
Varios argumentos se han esgrimido para justificar el retorno. Sin embargo, algunas de las razones más atractivas no son aún suficientemente convincentes en el caso de la industria textil. Por ejemplo, muchos han señalado el alza en el costo de la mano de obra en China. Esta alza motivó a Chesapeake Bay Candle a trasladar su producción desde China a Maryland en 2011. Aunque el alza en el costo de la mano de obra incide en la industria textil, todavía está muy por debajo del costo que supondría fabricar la ropa en cualquier lugar de los EE.UU. Más aún: hay otros países como Vietnam y Bangladesh que vienen convirtiéndose en "la nueva China". Se ha señalado también el incremento de los costos de envío, pero como la mayoría de las materias primas —en particular las telas— tendrían que importarse de todos modos, los ahorros por este concepto no están claros. Otros argumentos han sido los problemas de calidad y las ventajas de tener la manufactura cerca de los centros de investigación y el desarrollo, pero estas razones tienen más peso para compañías de alta tecnología, como General Electric que decidió traer de vuelta la producción de su innovador calentador de agua GeoSpring.
Así que, ¿por qué tendría sentido traer de vuelta la confección textil? Una primera razón basada en el ejemplo del vestuario olímpico supone que hay demanda para productos con la etiqueta "Made in USA". Desafortunadamente, a pesar de algunos hechos anecdóticos, no hay resultados de investigación que respalden este argumento en el caso de la industria textil. De hecho, la marca American Apparel, que opera desde Los Ángeles y que publicita su estrategia basada en producción local, no ha logrado demostrar que su concepto funciona y ahora afronta dificultades financieras.
Una razón más convincente es traer la industria textil de vuelta para ganar en agilidad. Este argumento está en línea con el éxito de cadenas como la española Zara, que opera con una cadena de suministros dual: el vestuario básico se fabrica en países lejanos de bajo costo y los artículos de moda se producen localmente para satisfacer la demanda con rapidez. A esto se puede agregar un reciente estudio empírico por un grupo de académicos de la escuela de negocios IESE que muestra que los productos que llegan al mercado dentro de dos a cuatro semanas tienen una velocidad de ventas significativamente superior a las ventas de los productos que tardan varios meses en llegar a las tiendas. Esto provee una razón fehaciente para traer de vuelta parte de la producción textil, pero aquí yace también un pequeño detalle. El argumento no implica necesariamente traer de vuelta la manufactura a los EE.UU., sino que tan sólo dice que la producción debe tener lugar más cerca del consumidor. En este sentido, México sería probablemente la opción natural para una compañía textil que desea ganar en velocidad de ventas en los EE.UU., tal como Zara seleccionó a Portugal y Marruecos para sus artículos de más rápida rotación. Hacer negocios en México puede traer otros problemas (sólo hay que preguntarle a Walmart), pero en el caso de la industria textil, México puede terminar llevándose la mejor tajada del movimiento "hecho en América".
Fuente (todas con acceso el 17 de abril de 2013):
- Walmart to Boost Sourcing of U.S. Products by $50 Billion over the Next 10 Years. [Walmart impulsará la adquisición de productos nacionales en $50 mil millones durante los próximos 10 años] Walmart. 13 de enero de 2013.
- Not made in the USA: [No hecho en USA] Losing out on Olympic clothing.[ Salir perdiendo en el atuendo olímpico] NBC Los Ángeles. 8 de agosto de 2012.
- Candle Maker Feels Burned. [Fabricante de velas se siente quemado] Wall Street Journal. 5 de mayo de 2011.
- Not Just Patriotic, U.S. Manufacturing May Be Smart. [No sólo patriótico, producir en los EE.UU. puede ser inteligente] National Public Radio (NPR), 8 de diciembre de 2012.
- The Role of Quick Response in Accelerating Sales of Fashion Goods. [El rol de Quick Response en el aceleramiento de las ventas en productos de moda] A. Lago, V. Martínez-de-Albéniz, P. Moscoso, A. Vall. Escuela de Negocios de IESE Informe de investigación . 2013.
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