entrevista a cargo de Christopher Tang en Hong Kong
1 de septiembre de 2012
Mientras EE. UU. y Europa están peleando por estimular sus economías anémicas, parece que la economía de China está también desacelerándose. Mientras me pregunto sobre la respuesta del gobierno chino y de los fabricantes chinos y de cómo su respuesta afectaría a las firmas occidentales, entrevisté a Edwin Keh en Hong Kong para saber más sobre cuál es su percepción sobre este tema.
A diferencia de la mayoría de las economías occidentales del mundo actual, China tiene una economía administrada con grandes empresas estatales. Su gobierno es muy activo en el mercado. En el plan actual de 5 años, el gobierno chino tiene planeada una transición para la economía nacional, para que ésta no se sustente tanto en la exportación de productos fabricados y que en cambio esté dominada por el consumo interno. Para lograr esto, el gobierno se ha embarcado en un plan de 5 años para duplicar los salarios mínimos nacionales. Al mismo tiempo, desde 2005, el RMB ha estado acumulando valor de forma agresiva contra el dólar estadounidense. La transición vigente de la economía ha llevado a China a un período de incertidumbre y contracción económica. El consumo interno, obstaculizado mayormente por la inflación, no se está incrementando lo suficientemente rápido como para compensar las reducciones en las exportaciones. Al mismo tiempo, los esfuerzos para enfriar el mercado de bienes raíces recalentado ha causado temores de una desaceleración radical. Por lo tanto, actualmente vemos una verdadera desaceleración en la economía china. Para poner esto en contexto, esta desaceleración es todavía alta, de un único dígito, con un crecimiento de un año a otro (es decir, más de un 8%). En el ámbito global actual, cualquier economía desarrollada lo verá como un crecimiento muy saludable. Solo en el contexto histórico del crecimiento chino a una tasa de dos dígitos es que se lo ve como una “desaceleración”. Es más probable que señale una nueva etapa en el desarrollo económico de China. China no puede considerarse más una economía “en vías de desarrollo”. Ahora es un poder económico global a gran escala. Como tal, un ritmo de crecimiento económico sostenible y medido puede ser apropiado. El desafío del gobierno chino es asegurarse de que la transición de la economía sea exitosa, que la riqueza esté distribuída más equitativamente, y que China pueda continuar expandiendo su clase media y convertirse en un importador neto y consumidor de bienes y servicios globales.
2. ¿Cuáles son las causas subyacentes de esta desaceleración en el crecimiento económico de China?
Actualmente, la desaceleración económica de China puede verse como una combinación del deterioro del consumidor global y el surgimiento de fabricantes más agresivos y rentables en otros países menos desarrollados.
3. Junto con el deterioro económico en Europa y los EE. UU., ¿cómo afectará esta desaceleración económica en China al sector industrial chino?
La exportación neta desde el Pearl River Delta ha disminuido durante los últimos pocos años. La cantidad de fábricas de propiedad extranjera, la mano de obra de inmigrantes y la corriente y contracorriente de proveedores de materiales de los fabricantes se han desacelerado o se han reducido de forma significativa. Por otro lado, la evidencia anecdótica lleva a uno a creer que existe algún crecimiento paralelo en las actividades de fabricación para el mercado interno. Éstos están dominados por las inversiones internas en áreas de menor concentración y con costos de mano de obra más bajos en la China del norte y occidental. En consecuencia, es evidente que a los dos deltas de exportación (es decir, Pearl River Delta (es decir, el área Guangzhou) y Yangtze River Delta (es decir, el área de Shanghai) les ha tocado vivir lo más fuerte de esta crisis. No obstante, los fabricantes locales en las regiones norte y occidental de China son más pequeños en valor y volumen neto en relación a los exportadores que están reemplazando, pero es demasiado pronto para predecir con certeza su futuro éxito. En general, parecería que China está abandonando, de forma consciente, gran parte de su tradicional actividad comercial de fabricación y ensamblado, un sector con trabajo intensivo, al menos en el corto plazo. Actualmente, no existe un reemplazo viable del volumen de los productos de consumo hechos en China. No obstante, podemos todavía ver un resurgimiento de la fabricación para exportación china en el largo plazo, si las siguientes condiciones se dan: (1) los EE. UU y Europa viven sus recuperaciones; (2) los hábitos de consumo de estadounidenses y europeos no cambian; y (3) China mejora sus eficiencias industriales con la automatización. Para competir en el mercado global, tengo razones para creer que el sector industrial chino invertirá de forma fuerte en la tecnología de información y automatización para mejorar sus operaciones de cadena de suministros. Mientras el sector industrial se vuelve más sofisticado, es posible que los fabricantes chinos compitan por valor, en vez de por costo, enfocándose más en la fabricación de productos complejos con márgenes de ganancia más altos.
4. Las firmas occidentales están preocupadas por el aumento en los costos de fabricación de sus productos en China y por los costos de transporte de productos desde China. ¿Usted cree que estas firmas se trasladarán a otros países con costos más bajos?
En la actualidad, la mayoría de los fabricantes de productos para el consumidor adoptan una estrategia de suministro “China plus 1”. Todavía se fabrican muchos productos en China, pero también se están desarrollando y probando alternativas a China. El resultado es una reducción neta de los volúmenes de exportación chinos. Los tipos de productos con materia prima de más bajo costo pasarán a los países con costos más bajos. Al mismo tiempo, la fabricación con costos más altos y complejos están también ingresando a China.
5. Algunos fabricantes contratados en China han logrado ciertos avances en la mejora de las condiciones laborales, luego de las preocupaciones graves que hubo con respecto a los suicidios de trabajadores. ¿Usted piensa que esto tranquilizará a los consumidores y a las firmas multinacionales?
Desde hace muchísimo tiempo los fabricantes chinos han tratado a sus trabajadores como “materia prima industrial”. Se ha logrado, de forma amplia, la productividad de la industria china por medio de la disciplina similar a la militar a nivel de planta. Este estilo de manejo pesado (si bien fue efectivo en el pasado) ya no es apropiado para supervisar a los trabajadores chinos más jóvenes. Al tener la ventaja de más oportunidades educativas y al ser un producto de la “política de un solo niño por pareja”, la juventud china de hoy en día están menos dispuestos a trabajar bajo un ambiente laboral riguroso. Para ser exitoso en la actualidad, los nuevos ambientes de las fábricas chinas tienen que tener más capital intensivo con más automatización que requiere menos mano de obra, y los operarios deben recibir capacitación, aprendizaje y oportunidades de avance. Estos lugares de trabajo más cultos gradualmente satisfarán las exigencias del consumidor occidental. No obstante, muchas de las mejoras hechas a nivel de planta no son tanto en respuesta a los consumidores occidentales, sino que es una respuesta a las exigencias solicitadas por esos trabajadores industriales chinos, que no tienen miedo a expresarse y poderosos.
6. Existen informes que aclaran que el “verdadero valor económico” captado por el sector industrial en China es pequeño, relativo a aquellos proveedores tecnológicos tales como Intel y Samsung y con esos fabricantes internacionales de equipos originales tales como Apple. ¿Qué piensa que China está haciendo para captar más “valor económico” a lo largo de la cadena de suministro?
Hay una gran conciencia de que los roles tradicionales jugados por las fábricas chinas son bajos en lo que a creación de valor se refiere. La respuesta china en los años recientes es tomar ventaja de la debilidad actual de los mercados occidentales para comprar propiedades intelectuales occidentales, y para importar cambios al sistema educativo tradicional para generar más empresarios, diseñadores y gerentes de marca. Queda por verse si estas actividades comerciales y cadena de suministro más ”artística” pueden programarse de esta manera. ¡Sólo el tiempo lo dirá!
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